viernes, 19 de marzo de 2010

Charly García en el Luna Park: Nuevos Trapos

El músico dio el primero de sus tres shows en el Luna Park, en el mejor de sus conciertos desde su regreso. Crónica


Foto de Leo Vaca.
 
Final de un ciclo. En lo que fue su mejor recital desde su regreso en Perú, Charly García volvió al Luna Park, quizás el lugar, junto con el estadio de Ferro y el Teatro Gran Rex, donde brindó sus shows más recordados y perfectos (desde el Adiós Sui Géneris hasta la presentación de Influencia, pasando por los estrenos de Clics modernos y Piano Bar). Un concierto memorable, con un Say No More de un humor brillante, más activo en escena, y con un grupo de apoyo aceitadísimo.


Ya en el inicio, el telón prometía sorpresas: figuras femeninas que se asomaban a contraluz en el aire, llevando al indoor la puesta en escena que Pichón Baldinú había planeado para Vélez Sarsfield, y que quedó malograda por la lluvia. Acto seguido, el telón que cayó, y todos los músicos enfrascados en sendos trajes plateados, que volaron en el preciso instante en el que el Bicolor salió al tablado. La lista de temas de García fue casi la misma, pero con variaciones en el orden. Así, la apertura fue con "Demoliendo hoteles" y no con "El amor espera", salió del set "Canción de 2 X 3" (una pena) y llegaron "Filosofía barata y zapatos de goma" y la olvidada "Nuevos trapos" ("Un tema de cuando era moderno"), y hasta hubo un estreno: "La medicina", puro soul nacional de la mano de un gran solo de Hammond del Zorrito Vön Quintiero.
Volviendo a la puesta en escena, un andamio elevó a García en "No soy un extraño" hacia los techos del Luna Park y, en "Pasajera en trance", dos bailarinas surcaron los aires del lugar sujetadas por arneses. Espectacularidad para un show que quiso trascender lo musical, y lo logró.

Además, los invitados. Tras una potente toma de "Fanky", León Gieco subió para hacer "Los Salieris de Charly" (luego del estribillo "Somos del grupo Los Salieris de Charly, le robamos melodías a él" un jocoso García se preguntaba "¿A mí?") y "El fantasma de Canterville" (fuera de programa, o como dijo Charly, "Me entusiasmé y esto es una zapada"). Y en los bises, tal como ocurrió en Mar del Plata, Pedro Aznar ("Uno de los Beatles argentinos") interpretó "Perro andaluz", y el fantasma de Serú Girán dijo presente en la noche.

Más allá de la lluvia, el estigma García de los últimos tiempos ("El próximo show lo vamos a hacer desde una gruta"), estos tres recitales en el Luna Park, tal como decíamos en un comienzo, son la última etapa al menos de esta gira de "regreso" de Charly. Ya no hay nada que probarle a nadie: todo esta muy bien encaminado, y no hay señales de despiste. ¿Cómo sigue el futuro? No lo sabemos. Quizás un nuevo disco, por ahí más recitales con otra lista para ganar más confianza. Lo que sí sabemos es que, después de este Luna Park, para Charly García todo parece ser para mejor. Say No More, vamos al corte comercial, y adelante estudios centrales.

Por Pablo Strozza 
Fuente: Rolling Stone

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Volvio el Charly que Todos Querian Ver!

 
Charly García brindó el primero de los tres recitales en el Luna Park. La gente disfrutó y cantó cada uno de sus clásicos. Se puede decir que su música ya pasó por varias generaciones y que es "apta para todo público". Varios padres con sus hijos compartieron la pasión por Charly.

En lo musical, García está intacto. Sus dedos siguen haciendo magia en el piano. Se lo vio de buen humor y hasta bromeó con su gente. Se destacó la muy buena puesta en escena que acompañó con cuidado cada canción que tocaba.

El primero de los invitados fue León Gieco que tocó el tema"Los Salieris de Charly". También a pedido de García tocaron "El fantasma de Canterville". El otro invitado de la noche fue Pedro Aznar en Perro Andaluz y la magia de Serú Girán dijo presente.

El músico repasó todos sus discos solistas con temas como: "Demoliendo hoteles", "Promesas sobre el bidet", "Rap del exilio", "Filosofia barata...", "Rezo por vos", "Raros peinados nuevos", "Vicio", "Yendo de la cama al living", entre otros.

Hay que destacar la tarea de su banda formada por Hilda Lizarazu (coros), Fabián Von Quintero (teclados) , El "Negro" García López (guitarra), eternos compañeros de ruta, más la base chilena que viene tocando con García desde hace años, Kiuge Hayashida, Tonio Silva y Carlos González fueron los músicos encargados de acompañarlo sobre el escenario.

Fue el mejor recital que el ex Sui Generis dio desde que volvió a los escenarios. Con cada entrada el público se llevó una tarjeta para descargar canciones de la web. El 19 de marzo y el 3 de abril Charly vuelve con toda su música al templo del rock.


Haciendo historia: otros recitales de Charly García en el Luna Park:

"Adiós Sui Generis": El 5 de septiembre de 1975, en el Luna Park, el grupo se presentó ante 25.000 personas, una cifra impactante para la época. La concurrencia fue tal que tuvieron que realizar dos conciertos la misma noche. Se filmó una película y se editó un disco doble.

"Clics Modernos": Este material fue presentado los días 15, 16, 17 y 18 de diciembre de 1983 acompañado por Pablo Guyot (guitarra), Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Daniel Melingo (saxo), Fabiana Cantilo (coros) y Fito Páez (teclados).

"Piano Bar": el 25 de Mayo de 1985 presentó el disco acompañado por Pablo Guyot (guitarra), Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería) y Fito Páez (teclados). La puesta en escena fue realizada por Renata Schussheim y contó con el cuerpo de baile de Jean-Francois Casanovas.

Fuente: TN

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Una Noche con la Magia del Titiritero

En un concierto que significó un escalón superior a aquel Vélez subacuático, García comandó a una banda ajustadísima para una cabalgata que llegó casi a la treintena de temas, con apariciones estelares de Pedro Aznar y León Gieco.

Músicos: Charly García (piano y voz), Negro García López (guitarra), Fabián Von Quintiero (teclados y sintetizadores), Hilda Lizarazu (coros), Kiuge Hajashida (guitarra), Carlos González Vázquez (bajo) y Antonio Silva (batería).

Invitados: León Gieco y Pedro Aznar.

Público: 7000.

Duración: 2 horas 45 minutos.
Miércoles 17, estadio Luna Park (repite hoy y el sábado 3 de abril)


En un diálogo de The Notorious Bettie Page, la biopic sobre la modelo legendaria del pin up, una fotógrafa le precisa quiénes compran esas fotos suyas de corsets herméticos y tacos imponentes: “Gente con mucha presión, congresistas, médicos, abogados, gente que trabaja para que vivamos. Y si eso quieren, ¿qué hay de malo en hacerlos un poco más felices?”. Aplicar lo mismo a Charly García da idéntico resultado. No importa qué sea (lo que toque, tome, deje o diga), es Charly, el compositor clave de esa música popular que, antes de él, simplemente era música, a secas. Nada nuevo leyó usted hasta aquí y técnicamente no es algo errado, porque nada nuevo se vio el miércoles en el Luna Park. Salvo la concreción (a la fuerza) de un modelo que García exploró bastante en las últimas décadas: el del Charly como director y espectador, a la vez, de su propia música, ese García siendo un Dr. Parnassus de las melodías, obligado a perpetuarlas sin ya poder –o querer, cada uno habrá de hacer sus conjeturas– ejecutarlas él.

Varios momentos del primero de sus shows en el Luna (repetirá hoy y el 3 de abril) dieron cuenta de que esta nueva versión de Los Enfermeros –en la que a Hilda Lizarazu en coros, el Negro García López en guitarra y Fabián Von Quintiero en teclas digitales se suma un power trío chileno– es posiblemente la mejor orquesta que pueda dirigir. En esos ratos, Charly se despegó del piano y cobró aura de titiritero: así como Zucchero, George Clinton o Tom Zé, paseó por el escenario, habló con el público, celebró a sus compañeros y manejó los hilos de una banda precisa, atronadora y con atisbos psicodélicos. Señalizar y apenas acompañar con acordes y barridos de teclas, pero mantener la batuta vocal, ésa parecer ser hoy la fórmula, buscada y a la fuerza, a la vez.
El show está dividido, básicamente, en tres decenas de canciones: las del primer Charly solista, las de Say No More y un ping-pong final que va de costa a costa de su discografía. Si los recitales pudieran reproducirse como chorizos y usted fuera esta noche al Luna Park, vería salir a García más o menos a las 22.10, luego de que una bailarina de De la Guarda se desquitase por el aluvión del show impermeable en Vélez que la dejó sin participar. Con proyección urbana de posguerra detrás, Charly empezaría con “Demoliendo hoteles”, “Promesas sobre el bidet” y “Rap del exilio”. Lo elevarían, sentado en una viga, durante “No soy un extraño”. Vería, nuevamente al ras del escenario y tras su piano, cómo el Negro García López solea acostado en “Cerca de la revolución”. 

Dialogaría con las eternizadas voces de Lizarazu en “Filosofía barata y zapatos de goma”, pregonaría Viva Chile en “Vía muerta” y les dedicaría a los que quieren verlo muerto el estreno “La medicina”, que no destaca pero muestra esa crítica caricaturesca propia de la luz del mejor García.

Ahí subiría León Gieco y los ocho músicos obsequiarían “Los Salieris de Charly”. León querría irse pronto y Charly lo seguiría sobre el escenario, con el brazo derecho extendido (aunque ya sin brazalete de SNM), buscando su hombro. Le diría algo al oído y se dirigiría nuevamente al público: “Esta va fuera de lista, sin ensayo”. En un gesto remunerativo, León y Charly entregarían la inesperada “El fantasma de Canterville”. Diría aquello de “La canté acá cuando la mayoría de ustedes no había nacido” y algunos ya padres aplaudirían desde sus plateas (y desde su paternidad, inevitablemente).

Una primal “El amor espera”, otra vez con Charly como maestre ceremonial, inauguraría la segunda parte del show, un entramado de algunas de sus mejores piezas: “Rezo por vos”, “Yendo de la cama al living”, “Nos siguen pegando abajo”, “Influencia” y una canción hoy recargada de melancolías, fantasmas y sentidos: “Llorando en el espejo”. Entonces, si todo hoy fuese como el miércoles, parecerá no haber mejor música para simbolizar aquel papel que buscaba el hábil jugador que la que toca esta banda: una metralla revitalizante, aunque amarga y desgarradora. Emociones idas cuando la línea blanca se terminó para Charly, pero recobradas en la música, la que en definitiva es su droga.

La aparición de la segunda bailarina para “Pasajera en trance”, y su vuelo ascendente sobre el público (con un arnés, claro), darán en la tecla: podría ser el propio García elevándose para dar una tercera hora de show en ascenso directo, llevando la calidad a un pico cuando Pedro Aznar se haya sumado, si los invitados no cambian. Antes, y si es que va al Luna Park hoy, podrá oír “Raros peinados nuevos”, “I Feel Much Better”, “Vicio”, “Nuevos trapos”, “Estoy verde” y “No voy en tren”. Difícilmente, eso sí, Charly quiera repetir el tropezón en escena durante “Deberías saber por qué” y ese chascarrillo hecho al Negro García López: “¿Sabés Negro por qué uno se cae? ¡Para levantarse!”.

Ojalá usted tenga el placer de asistir a un final tan memorable como ése que sumó a Aznar para “Perro andaluz”, una genial (cualquier otro adjetivo es impreciso) obra maestra en manos de Aznar, García, Lizarazu, el Negro y el Zorrito. Y ojalá no se pierda la inesperada “Seminare”, anclada mucho más allá del 28º lugar de una lista de canciones, en miles de gargantas en combustión.
“No se va a llamar mi amor” y “Rock & Roll Yo” serán, entonces, algo así como el postre. Tal vez acompañadas de “No toquen”. Solo “tal vez”, porque el miércoles no la tocó. Tampoco hizo falta: el show, sobre todo en la segunda parte, subió escalones con talento y esfuerzo, ubicándose musicalmente bastante por encima del Concierto Subacuático. Tal vez por esa tranquilidad, García tan solo admitió la imposibilidad: “Chau, no doy más”. Al costo que tuvo dar más, mejor así.

Fuente: Pagina 12

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lunes, 15 de marzo de 2010

Charly Garcia a Israel!

Charly Garcia Se Presentará en Israel en Mayo, Repasando Todos Sus Exitos!
 
Embajador. O algo así. Esta etapa de "vuelta" de Charly García rebasó los límites de Latinoamérica y lo tendrá presentándose en Israel. Charly tocará el 12 y el 13 de mayo en el espectacular Anfiteatro Caesarea, de Haifa. Ojo, que es descubierto. Que no te llueva esta vez como en Vélez, García. Igual, el bicolor tiene puesta la cabeza en otro lado: después de cerrar la décima edición del Cosquín Rock ante más de 17.000 personas (en febrero), hará dos Luna Parks. Ya lo sabían: tocará allí el 17 y el 19 de marzo, a las 22. En Israel, se supo, se dedicará a repasar los clásicos de su carrera. En el Luna, en cambio, mostrará un tema nuevo y se presentará junto con algunos músicos invitados.

Fuente: Clarin

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