sábado, 17 de abril de 2010

Un Premio a la Voluntad... and Say No More

Charly García, del Concierto Subacuático a Santa Fe
Un premio a la voluntad... and Say No More
 El renombrado artista visitará la ciudad el próximo sábado, para actuar sobre el escenario del estadio cubierto de Unión. En la previa, dialogó en exclusiva con El Litoral para contar su presente y lo que se viene.

Charly García se presentará en Santa Fe el próximo sábado 24 de abril, en el estadio cubierto Ángel P. Malvicino del Club Atlético Unión. Anticipando dicha actuación, El Litoral dialogó con este protagonista de la música nacional: de sus proyectos futuros al recuerdo de María Gabriela Epumer, pasando por su disco inédito “Kill Gil”, García muestra en la charla el buen momento que vive.

—¿Cómo va a ser este show? ¿Parecido al Concierto Subacuático?

—Va a ser más parecido a lo que hicimos en el Luna Park. Si bien tiene la estructura del Subacuático, cambiamos varias canciones, incluimos un tema nuevo. Así que sin llegar a ser muy, muy diferente, es diferente.

— Estás con presentaciones a full en el país y afuera. ¿Qué viene después de esta gira?

— Nos vamos a Israel, y después México, Estados Unidos. Estoy realmente a full, como decís: la cosa arrancó bien y sigue bien, cada show es mejor, así que el de Santa Fe va a ser buenísimo.

— La respuesta de la gente es bárbara.

—Sí, es buenísima. Y lo mejor es que con la banda tenemos ya un afiate increíble.

— ¿Y con Israel, qué expectativa tenés?

— No sé, supongo que habrá una comunidad argentina o latina. Estuve con el organizador, y parece que también van a venir muchos israelíes a los que les gusta mucho mi música, aunque no entiendan nada de lo que digo.

— La música trasciende el idioma...

— Es verdad.

— ¿Estás trabajando en nuevo material?

— Ya en el show tenemos una canción nueva que se llama “La medicina del amor”. Con tanto laburo es difícil ponerse a componer, pero están saliendo cositas.

— Pero todavía no está el plan de sentarse a pensar solamente en canciones nuevas.

—Todavía no: todavía estoy como “en gira”. Cuando pare la gira... bueno, seguramente en la gira misma van a empezar a surgir cosas: siempre surgen. A nosotros nos encanta tocar temas nuevos, hay que producirlos, nada más.


Disco fantasma

— ¿Del material de “Kill Gil” va a haber algo?

— Tenemos muchas ganas de meter algo de “Kill Gil”, porque realmente es un disco fantasma casi; no te puedo asegurar para Santa Fe, pero seguramente en las próximas presentaciones pongamos algo. Realmente es una perla, y nunca salió. Creo que es injusto, merece salir: en algún momento va a salir.

— ¿Creés que se va a editar como vos querés? Porque la que anda dando vueltas no es la mezcla tuya...

—Va a salir como yo quiero. Creo que lo que está dando vueltas está bueno igual, pero hay varias versiones, se va a editar la oficial, la que tiene la aprobación mía y la de Andrew Oldham.

— Vos seguiste trabajando...

—Sí, lo seguimos puliendo y poniéndole cosas.

— Hiciste algunos de los discos y conciertos más importantes de la música nacional. ¿De donde sacás las pilas para seguir en carrera?

—Yo vengo de un momento bastante difícil, y tuve que ponerme las pilas para todo, para la vida. En un momento dudé de si iba a tocar de nuevo. Pero fue empezar y no paré más: cada vez está mejor el asunto.


Regresos y Recuerdos

— ¿En qué te apoyaste en ese momento difícil para volver a la senda?

— En querer tocar de nuevo, hacer shows, ubicarte en el lugar en que creés que podés estar. Para eso hace falta mucho trabajo, y yo le di con todo: este reconocimiento que tengo ahora es un premio a mi voluntad, también.

— Y apoyarte en gente y en tus músicos, con los que tenés una relación especial.

—Sí: más bien que los amigos y todo eso... Bueno, ese momento ya pasó, ahora ya estoy rumbeándome solo. Igual, siempre estoy con mis músicos y los amigos están por ahí, pero creo que de lo que más tengo ganas es de empezar a componer de nuevo. Eso estoy esperando, que venga esa chispa.

— Tanto en los malos como en los buenos momentos la debés extrañar a María Gabriela...

— Siempre la extraño: el otro día estaba en la casa de Juanse y escuchábamos los discos, “La hija de la lágrima”: nos acordábamos mucho de María Gabriela, por supuesto.

— En algún show que estuvo bueno dirás “cómo no está acá para compartirlo”.

— Sí, la verdad.


Escena actual

— ¿Cómo ves el panorama de la música argentina en el que te estás reinsertando con todo?

— Lo veo medio de lejos, porque realmente no siento que pase demasiado. Pero apuesto a los chicos por supuesto, y a que hagan algo con originalidad, que es lo que me parece que falta un poco.

— ¿Qué es lo último que escuchaste y te llamó la atención?

—Uh, hace tanto que no escucho música... Lo último que me gustó y realmente me impactó fue Nirvana, con eso te digo todo.

— Ya hace más de 15 años...

— Hace bastante tiempo.

— El cambio tecnológico y en la industria discográfica afectó todo el panorama.

— Sí, por eso “Kill Gil” se perdió un poco por ahí. Creo que hay nuevas maneras de comunicar las cosas, y le guste a uno o no hay que ver qué pasa con eso. Las canciones son las canciones, eso no se puede negar. En el medio no sé: tal vez próximamente sea un chip, en vez de un CD. Pero eso está afuera de mi alcance: lo que yo hago es concentrarme en la música sin esperar nada.

— ¿Qué te queda entre los gustos que te querés dar? Algo que te quede por hacer en tu carrera.

—Vamos a tocar en el Madison Square Garden, ésa es una. Lo mismo esto de Israel, es rarísimo, eso me encanta: tocar para quien ya te conoce está bueno, pero públicos uno tiene que pelar mucho.

— Hay que llevar el concepto Say No More por el mundo...

— Es verdad, tenés toda la razón.

Fuente: El Litoral
gnacio Andrés Amarillo
iamarillo@ellitoral.com

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jueves, 1 de abril de 2010

Sobre la Polémica Arjona-Páez

Este sábado García hará su tercer Luna Park. Mientras, está a punto de confirmar unos shows en Nueva York, en el Forum del Madison Square Garden. El 12 de mayo actúa en Israel.

"Le pegó con un caño. Lo mató", dice Charly sobre las frases que Ricardo Arjona le dedicó a Fito Páez en la ya famosa polémica. El rosarino dijo entre otras cosas que el hecho de que Arjona hiciera 30 Luna Park y Charly dos, era un símbolo del aniquilamiento de la cultura de la ciudad; el cantante respondió entre otras cosas que Páez quiso ser Charly y no pudo, y que después quiso ser Almodóvar y tampoco pudo.

"Mirá -piensa las palabras -... Fito a veces se pone en un lugar de marcador de tendencias... Yo creo que Arjona hizo 32 mil Luna Park porque pega en un tipo de gente muy popular. Yo vengo de hacer un Vélez, o sea, 40.000 personas. no es una Trastienda. Por otro lado, la música no es una carrera. Cada artista tiene su importancia. Siempre hubo cantantes comerciales...

¿Y eso de que Fito quiso ser Charly García y no pudo...?

(Se ríe) La frase es de Arjona, eh... Cuanto mucho, yo te puedo decir que Fito es mi mejor alumno, pero que hace tiempo que tiene vida propia. En cuanto a las películas no sé, no las vi. Igual quiero dejar algo en claro (estira el cuello, acerca la boca al grabador): "De todas maneras, gracias Fito".


Fuente: Clarin

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Charly García: "Tenía el Alma Muy Escondida"


A solas con "Clarín", habló de todo. De su música, del tratamiento médico, de su novia, de la reconciliación con Andrés Calamaro y de su etapa tóxica. Dice que necesita hacer un click en su carrera.

Charly García sigue experimentando. Ahora experimenta que es otra persona. Y va a fondo. Parece que le sale cada vez mejor. No es ni siquiera una reconstrucción: es una construcción. Los médicos van aflojando la medicación: se expresa cada vez más nítido, su psicomotricidad mejora y la inteligencia aparece cada vez más afilada. Viene de dar dos muy buenos conciertos en el Luna Park (agregó función para este sábado) y Charly García -un genio que quedó atrapado en una megalomanía tóxica que lo dejó a un centímetro de la nada- dice que está feliz, que es bastante libre, que está enamorado, que quiere hacer un click en su carrera, que se reconcilió con Andrés Calamaro, que se quiere comprar una casa, que quiere viajar, que va a tocar en los
Estados Unidos e Israel... Todo esto dice Charly, y más. Sentado en una mesa del bar del aristocrático Museo Metropolitano, ahí, donde la calle Castex es un recorte de París, deja enfriar un café con leche, fuma en piloto automático y responde con la serenidad y la firmeza de los conversos. A veces, en sutiles brillos de su mirada, aparece Lucifer. Como flashes. Enseguida desaparece.

_¿Cómo estás?

_Bien, muy bien. Mirando la vida del lado bueno. Me están pasando tantas cosas... Creo que el segundo show del Luna Park fue uno de los mejores de mi vida. Hice Desarma y sangra a cuatro manos con Fito, la gente no se iba, y tuve que salir a tocar Canción para mi muerte solo, al piano. Muy emocionante.

_¿A cuánto quedó aquel concierto de Luján?

_Muy lejos. Eso fue super improvisado. Como una explosión. Ahí yo necesitaba probarme a mí mismo que podía tocar y cantar. Ese era mi desafío. El show fue un poco terrorista, sin seguridad, sin nada. Evolucioné mucho.

_¿Ahora el desafío sería que podés componer?

_Sí, sí, es el próximo desafío. Tengo algunos temas nuevos, los estoy terminando de a poco. Ya estrené uno en el Luna, no sé si le voy a poner La medicina del amor o La medicina del doctor...

_¿Y estás conforme?

_Sí, sí... Igual estoy buscando un click en mi carrera, algo que se aleje de lo que estoy haciendo ahora, que es presentar mi obra, un material de hace mucho tiempo, muy cuidado. Cualquier cosa que haga va a ser comparada con esa obra, y es un nivel muy alto... ¿Qué hacer entonces? Quizás empezar a componer a partir de mi banda, como hice en Piano bar: tocar en vivo en el estudio y aprovechar los músicos... Me gusta el rol de director de orquesta. Al tener una banda ensayada me puedo dedicar a lo fino, a lo sutil, al matiz. Que la banda ruja, y después sea un suspiro. Dedicarme a las texturas de las guitarras, los teclados, es decir, al arropamiento. En esa situación me siento como un director de orquesta e, incluso, como un compositor de orquesta. Ahí me siento fuerte.

_Gran parte de tu obra narra tu vida. De hecho, la canción nueva remite al proceso de recuperación ... ¿No estás limitado de alguna manera?

_Sí, por ahí agarro para otro lado. Hace mucho que no hago cuentos, por ejemplo, tipo Adela en el carrousel. Ficción. Porque está bueno hablar de la recuperación, pero es como cuando trataba temas políticos, que había que disfrazarlos para que no sean panfletos. Hay que encontrar la poesía en cada cuestión. Tengo muchas ganas de trabajar.

_¿Antes no?

_Antes estaba muy ensimismado, producto de la vida que llevaba. Agarraba una cosita chiquita y le daba y le daba hasta que brillaba. Ahora miro alrededor, y puedo apreciar más todo. Veo, qué sé yo, que puedo colaborar con alguien y hacer, ponele, una ópera, un espectáculo teatral. Estoy más reflexivo.

_¿Qué reflexionás?

_En el cerebro. Ahí está todo, también el alma. Mi alma antes la tenía escondida detrás del Say No More. Fue una etapa muy interesante, muy creativa... pero si seguía así me mataba. Toda esta nueva etapa me puso más en perspectiva, me volvió más autocrítico. Me fijo en cómo estoy cantando, cómo interpreto la canción, cómo puedo trasmitir el sentimiento con que la canción fue compuesta... En mis últimas épocas le dejaba la letra al público, yo cantaba dos o tres estrofas y chau... De alguna manera estaba malgastando mis canciones. Las maltrataba.

_Ahora que estás autocrítico, ¿cuál es tu peor disco o tu peor etapa?

_No, no sé. Creo que el público, la prensa, yo, estábamos muy obsesionados en dividir todo por bandas... Y ahora veo que todo lo mío es como una gran y única canción. Que puedo cambiar el vestuario, pero finalmente siempre soy el mismo. Cada etapa, cada banda, reflejó lo que yo quería decir. Ahora lo puedo ver mejor: por ejemplo, yo despreciaba mucho a Sui Generis, y ahora me doy cuenta de que hay canciones que son maravillosas... y proféticas: Cuando ya me empiece a quedar solo, Canción para mi muerte...

_¿Con quién hablás de música, aparte de tu banda?

_Con Pedro (Aznar) hablo mucho. Y con mi novia Mecha.

_¿Cómo estás con ella?

_Muy bien, muy enamorados.
Estamos viviendo casi juntos. Y tengo ganas de comprarme una casa con un estudio. Vamos a ver... Ahora que estamos hablando de Mecha... otro gran inspirador de canciones es el amor. Yo creo que es lo más fuerte, lo que más nutre las letras. Yo he escrito muchas canciones de amor, a favor y en contra. Ultimamente lo que uno escucha en el rock argentino son canciones de amor muy malas, donde el sentimiento está muy bastardeado.

_¿Quién te gusta de la nueva generación del rock argentino?

_Me ponés en un compromiso... ¡Me gustan los que no se parecen a mí ni a Calamaro!

_¿Te reconciliaste con Calamaro?

_Sí, hablamos. Era hora. El tiempo lima asperezas... ¿Viste cuando te peleás con alguien y ya te olvidaste de las causas? Eso nos pasó. Vino al Luna, iba a subir a cantar, pero al final se bajó.

_Hace poco, en una producción del Suplemento Sí, Pipo Cipolatti lamentaba que no te podía ver ... ¿Cuándo creés que vas a ser realmente libre?

_A los que no pueden ver, bueno ... estoy más visible de lo que parece. Son circunstancias de la vida. Soy libre, soy bastante libre. Con la música me siento libre, gozo los shows. Antes los conciertos eran muy... agresivos. En fin, estoy viajando, algo que como dijo Litto fortalece el corazón... Voy a tocar a los Estados Unidos, después a Israel... Esto es un proceso. Cuando salí de la clínica no podía tocar directamente. Era angustiante. Hice un esfuerzo enorme, pasito por pasito.

_Con la ayuda de Palito ...

_Con la ayuda de Palito y de otros amigos, pero en definitiva el que te ayudás sos vos... Mirá, el peligro es volver a la cocaína. La vengo llevando muy bien. No es fácil, pero hace años que no la veo.

_¿Te da ganas a veces?

_A veces sueño con la cocaína.

_¿Soñás?

_Es una lucha. Sé que si vuelvo va a ser terrible. Voy a tirar abajo todo este laburo, todo este esfuerzo.

_¿Qué dicen los médicos? ¿Cuándo vas a prescindir de cualquier químico?

_Cada vez me van sacando más medicación. En algún momento no voy a tomar nada. Voy despacio. No soy un monje: ya puedo tomar un poco de vino, un poco de champagne. Como lo que quiero, aunque estoy en una especie de régimen, porque no quiero engordar. Practico natación, kinesiología, terapia cognitiva. Hago todos los deberes. Hay un tema que no puedo resolver.

_¿Cuál?
_No puedo dormir. Me cuesta. Necesito muchos medicamentos para poder dormir.

_¿Siempre fue así?

_Toda mi vida.

La frase llega acompañada por ese brillo fugaz en la mirada. ¿Un rasgo del viejo Charly García? Quien quiera que sea este señor lúcido y gentil, ahora se va por Castex. El otoño estalla en la arboleda. Y todo esto, este proceso, este real aguante, suena a una buena canción de Charly. Ni Mr. Jones, ni el de Viernes 3 A.M. ni mucho menos Natalio Ruiz. La canción se está escribiendo en este mismo instante.


Fuente: Clarin

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viernes, 19 de marzo de 2010

Charly García en el Luna Park: Nuevos Trapos

El músico dio el primero de sus tres shows en el Luna Park, en el mejor de sus conciertos desde su regreso. Crónica


Foto de Leo Vaca.
 
Final de un ciclo. En lo que fue su mejor recital desde su regreso en Perú, Charly García volvió al Luna Park, quizás el lugar, junto con el estadio de Ferro y el Teatro Gran Rex, donde brindó sus shows más recordados y perfectos (desde el Adiós Sui Géneris hasta la presentación de Influencia, pasando por los estrenos de Clics modernos y Piano Bar). Un concierto memorable, con un Say No More de un humor brillante, más activo en escena, y con un grupo de apoyo aceitadísimo.


Ya en el inicio, el telón prometía sorpresas: figuras femeninas que se asomaban a contraluz en el aire, llevando al indoor la puesta en escena que Pichón Baldinú había planeado para Vélez Sarsfield, y que quedó malograda por la lluvia. Acto seguido, el telón que cayó, y todos los músicos enfrascados en sendos trajes plateados, que volaron en el preciso instante en el que el Bicolor salió al tablado. La lista de temas de García fue casi la misma, pero con variaciones en el orden. Así, la apertura fue con "Demoliendo hoteles" y no con "El amor espera", salió del set "Canción de 2 X 3" (una pena) y llegaron "Filosofía barata y zapatos de goma" y la olvidada "Nuevos trapos" ("Un tema de cuando era moderno"), y hasta hubo un estreno: "La medicina", puro soul nacional de la mano de un gran solo de Hammond del Zorrito Vön Quintiero.
Volviendo a la puesta en escena, un andamio elevó a García en "No soy un extraño" hacia los techos del Luna Park y, en "Pasajera en trance", dos bailarinas surcaron los aires del lugar sujetadas por arneses. Espectacularidad para un show que quiso trascender lo musical, y lo logró.

Además, los invitados. Tras una potente toma de "Fanky", León Gieco subió para hacer "Los Salieris de Charly" (luego del estribillo "Somos del grupo Los Salieris de Charly, le robamos melodías a él" un jocoso García se preguntaba "¿A mí?") y "El fantasma de Canterville" (fuera de programa, o como dijo Charly, "Me entusiasmé y esto es una zapada"). Y en los bises, tal como ocurrió en Mar del Plata, Pedro Aznar ("Uno de los Beatles argentinos") interpretó "Perro andaluz", y el fantasma de Serú Girán dijo presente en la noche.

Más allá de la lluvia, el estigma García de los últimos tiempos ("El próximo show lo vamos a hacer desde una gruta"), estos tres recitales en el Luna Park, tal como decíamos en un comienzo, son la última etapa al menos de esta gira de "regreso" de Charly. Ya no hay nada que probarle a nadie: todo esta muy bien encaminado, y no hay señales de despiste. ¿Cómo sigue el futuro? No lo sabemos. Quizás un nuevo disco, por ahí más recitales con otra lista para ganar más confianza. Lo que sí sabemos es que, después de este Luna Park, para Charly García todo parece ser para mejor. Say No More, vamos al corte comercial, y adelante estudios centrales.

Por Pablo Strozza 
Fuente: Rolling Stone

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Volvio el Charly que Todos Querian Ver!

 
Charly García brindó el primero de los tres recitales en el Luna Park. La gente disfrutó y cantó cada uno de sus clásicos. Se puede decir que su música ya pasó por varias generaciones y que es "apta para todo público". Varios padres con sus hijos compartieron la pasión por Charly.

En lo musical, García está intacto. Sus dedos siguen haciendo magia en el piano. Se lo vio de buen humor y hasta bromeó con su gente. Se destacó la muy buena puesta en escena que acompañó con cuidado cada canción que tocaba.

El primero de los invitados fue León Gieco que tocó el tema"Los Salieris de Charly". También a pedido de García tocaron "El fantasma de Canterville". El otro invitado de la noche fue Pedro Aznar en Perro Andaluz y la magia de Serú Girán dijo presente.

El músico repasó todos sus discos solistas con temas como: "Demoliendo hoteles", "Promesas sobre el bidet", "Rap del exilio", "Filosofia barata...", "Rezo por vos", "Raros peinados nuevos", "Vicio", "Yendo de la cama al living", entre otros.

Hay que destacar la tarea de su banda formada por Hilda Lizarazu (coros), Fabián Von Quintero (teclados) , El "Negro" García López (guitarra), eternos compañeros de ruta, más la base chilena que viene tocando con García desde hace años, Kiuge Hayashida, Tonio Silva y Carlos González fueron los músicos encargados de acompañarlo sobre el escenario.

Fue el mejor recital que el ex Sui Generis dio desde que volvió a los escenarios. Con cada entrada el público se llevó una tarjeta para descargar canciones de la web. El 19 de marzo y el 3 de abril Charly vuelve con toda su música al templo del rock.


Haciendo historia: otros recitales de Charly García en el Luna Park:

"Adiós Sui Generis": El 5 de septiembre de 1975, en el Luna Park, el grupo se presentó ante 25.000 personas, una cifra impactante para la época. La concurrencia fue tal que tuvieron que realizar dos conciertos la misma noche. Se filmó una película y se editó un disco doble.

"Clics Modernos": Este material fue presentado los días 15, 16, 17 y 18 de diciembre de 1983 acompañado por Pablo Guyot (guitarra), Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Daniel Melingo (saxo), Fabiana Cantilo (coros) y Fito Páez (teclados).

"Piano Bar": el 25 de Mayo de 1985 presentó el disco acompañado por Pablo Guyot (guitarra), Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería) y Fito Páez (teclados). La puesta en escena fue realizada por Renata Schussheim y contó con el cuerpo de baile de Jean-Francois Casanovas.

Fuente: TN

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Una Noche con la Magia del Titiritero

En un concierto que significó un escalón superior a aquel Vélez subacuático, García comandó a una banda ajustadísima para una cabalgata que llegó casi a la treintena de temas, con apariciones estelares de Pedro Aznar y León Gieco.

Músicos: Charly García (piano y voz), Negro García López (guitarra), Fabián Von Quintiero (teclados y sintetizadores), Hilda Lizarazu (coros), Kiuge Hajashida (guitarra), Carlos González Vázquez (bajo) y Antonio Silva (batería).

Invitados: León Gieco y Pedro Aznar.

Público: 7000.

Duración: 2 horas 45 minutos.
Miércoles 17, estadio Luna Park (repite hoy y el sábado 3 de abril)


En un diálogo de The Notorious Bettie Page, la biopic sobre la modelo legendaria del pin up, una fotógrafa le precisa quiénes compran esas fotos suyas de corsets herméticos y tacos imponentes: “Gente con mucha presión, congresistas, médicos, abogados, gente que trabaja para que vivamos. Y si eso quieren, ¿qué hay de malo en hacerlos un poco más felices?”. Aplicar lo mismo a Charly García da idéntico resultado. No importa qué sea (lo que toque, tome, deje o diga), es Charly, el compositor clave de esa música popular que, antes de él, simplemente era música, a secas. Nada nuevo leyó usted hasta aquí y técnicamente no es algo errado, porque nada nuevo se vio el miércoles en el Luna Park. Salvo la concreción (a la fuerza) de un modelo que García exploró bastante en las últimas décadas: el del Charly como director y espectador, a la vez, de su propia música, ese García siendo un Dr. Parnassus de las melodías, obligado a perpetuarlas sin ya poder –o querer, cada uno habrá de hacer sus conjeturas– ejecutarlas él.

Varios momentos del primero de sus shows en el Luna (repetirá hoy y el 3 de abril) dieron cuenta de que esta nueva versión de Los Enfermeros –en la que a Hilda Lizarazu en coros, el Negro García López en guitarra y Fabián Von Quintiero en teclas digitales se suma un power trío chileno– es posiblemente la mejor orquesta que pueda dirigir. En esos ratos, Charly se despegó del piano y cobró aura de titiritero: así como Zucchero, George Clinton o Tom Zé, paseó por el escenario, habló con el público, celebró a sus compañeros y manejó los hilos de una banda precisa, atronadora y con atisbos psicodélicos. Señalizar y apenas acompañar con acordes y barridos de teclas, pero mantener la batuta vocal, ésa parecer ser hoy la fórmula, buscada y a la fuerza, a la vez.
El show está dividido, básicamente, en tres decenas de canciones: las del primer Charly solista, las de Say No More y un ping-pong final que va de costa a costa de su discografía. Si los recitales pudieran reproducirse como chorizos y usted fuera esta noche al Luna Park, vería salir a García más o menos a las 22.10, luego de que una bailarina de De la Guarda se desquitase por el aluvión del show impermeable en Vélez que la dejó sin participar. Con proyección urbana de posguerra detrás, Charly empezaría con “Demoliendo hoteles”, “Promesas sobre el bidet” y “Rap del exilio”. Lo elevarían, sentado en una viga, durante “No soy un extraño”. Vería, nuevamente al ras del escenario y tras su piano, cómo el Negro García López solea acostado en “Cerca de la revolución”. 

Dialogaría con las eternizadas voces de Lizarazu en “Filosofía barata y zapatos de goma”, pregonaría Viva Chile en “Vía muerta” y les dedicaría a los que quieren verlo muerto el estreno “La medicina”, que no destaca pero muestra esa crítica caricaturesca propia de la luz del mejor García.

Ahí subiría León Gieco y los ocho músicos obsequiarían “Los Salieris de Charly”. León querría irse pronto y Charly lo seguiría sobre el escenario, con el brazo derecho extendido (aunque ya sin brazalete de SNM), buscando su hombro. Le diría algo al oído y se dirigiría nuevamente al público: “Esta va fuera de lista, sin ensayo”. En un gesto remunerativo, León y Charly entregarían la inesperada “El fantasma de Canterville”. Diría aquello de “La canté acá cuando la mayoría de ustedes no había nacido” y algunos ya padres aplaudirían desde sus plateas (y desde su paternidad, inevitablemente).

Una primal “El amor espera”, otra vez con Charly como maestre ceremonial, inauguraría la segunda parte del show, un entramado de algunas de sus mejores piezas: “Rezo por vos”, “Yendo de la cama al living”, “Nos siguen pegando abajo”, “Influencia” y una canción hoy recargada de melancolías, fantasmas y sentidos: “Llorando en el espejo”. Entonces, si todo hoy fuese como el miércoles, parecerá no haber mejor música para simbolizar aquel papel que buscaba el hábil jugador que la que toca esta banda: una metralla revitalizante, aunque amarga y desgarradora. Emociones idas cuando la línea blanca se terminó para Charly, pero recobradas en la música, la que en definitiva es su droga.

La aparición de la segunda bailarina para “Pasajera en trance”, y su vuelo ascendente sobre el público (con un arnés, claro), darán en la tecla: podría ser el propio García elevándose para dar una tercera hora de show en ascenso directo, llevando la calidad a un pico cuando Pedro Aznar se haya sumado, si los invitados no cambian. Antes, y si es que va al Luna Park hoy, podrá oír “Raros peinados nuevos”, “I Feel Much Better”, “Vicio”, “Nuevos trapos”, “Estoy verde” y “No voy en tren”. Difícilmente, eso sí, Charly quiera repetir el tropezón en escena durante “Deberías saber por qué” y ese chascarrillo hecho al Negro García López: “¿Sabés Negro por qué uno se cae? ¡Para levantarse!”.

Ojalá usted tenga el placer de asistir a un final tan memorable como ése que sumó a Aznar para “Perro andaluz”, una genial (cualquier otro adjetivo es impreciso) obra maestra en manos de Aznar, García, Lizarazu, el Negro y el Zorrito. Y ojalá no se pierda la inesperada “Seminare”, anclada mucho más allá del 28º lugar de una lista de canciones, en miles de gargantas en combustión.
“No se va a llamar mi amor” y “Rock & Roll Yo” serán, entonces, algo así como el postre. Tal vez acompañadas de “No toquen”. Solo “tal vez”, porque el miércoles no la tocó. Tampoco hizo falta: el show, sobre todo en la segunda parte, subió escalones con talento y esfuerzo, ubicándose musicalmente bastante por encima del Concierto Subacuático. Tal vez por esa tranquilidad, García tan solo admitió la imposibilidad: “Chau, no doy más”. Al costo que tuvo dar más, mejor así.

Fuente: Pagina 12

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lunes, 15 de marzo de 2010

Charly Garcia a Israel!

Charly Garcia Se Presentará en Israel en Mayo, Repasando Todos Sus Exitos!
 
Embajador. O algo así. Esta etapa de "vuelta" de Charly García rebasó los límites de Latinoamérica y lo tendrá presentándose en Israel. Charly tocará el 12 y el 13 de mayo en el espectacular Anfiteatro Caesarea, de Haifa. Ojo, que es descubierto. Que no te llueva esta vez como en Vélez, García. Igual, el bicolor tiene puesta la cabeza en otro lado: después de cerrar la décima edición del Cosquín Rock ante más de 17.000 personas (en febrero), hará dos Luna Parks. Ya lo sabían: tocará allí el 17 y el 19 de marzo, a las 22. En Israel, se supo, se dedicará a repasar los clásicos de su carrera. En el Luna, en cambio, mostrará un tema nuevo y se presentará junto con algunos músicos invitados.

Fuente: Clarin

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